lunes, 18 de febrero de 2008

Palmito: La farmacia natural


En la carretera para llegar a San Antonio de Palmito está una vereda llamada San Miguel, en donde en 1999, un grupo de indígenas sinúes comenzó a organizarse con el propósito de crear una cooperativa para recuperar la sabiduría ancestral, la agricultura y emprender procesos de participación comunitaria. Así nació la Asociación de productores agrológicos indígenas San Antonio de Palmito (Asproinpal).
Allí está una de las granjas del proyecto. Yainis Contreras, una jovencísima mujer, líder de la comunidad Sinú, dice que todo comenzó gracias a la ayuda de la fundación Swiss Aid, que promovió entre los Sinú la recuperación del conocimiento de las plantas tradicionales y la medicina. Es un terreno de dos hectáreas repartido entre huertas y un laboratorio para procesar y producir medicinas, champúes, jarabes y jabones. Yainis parece una profesional. Por un lado, dice, trabajan con la comunidad la gestión de proyectos, la puesta en marcha de sistemas agroecológicos y la biodiversidad, la incidencia en la economía local de los mismos y la participación comunitaria. “Hemos recuperado los patios integrales y la ganadería criolla, que había desaparecido –dice Yainis–. Nuestra idea es tener una agricultura limpia, libre de transgénicos y que se usen técnicas apropiadas para el cultivo”. Todo lo aprovechan: del estiércol del ganado producen gas propano, han hecho filtros de arena para mejorar la calidad del agua y con las plantas han hecho productos que se venden en las ferias locales: desde el pepo, un árbol del que producen champú para la caspa y los piojos, y jabón para la rasquiña, hasta el árnica, con la que se produce un ungüento contra los golpes. Está el bonche, que sirve para la caída del pelo; el jarabe de orégano para el asma; la verbena, el totumo, la altamisa, la ahuyama, la hierbabuena, el matarratón y 62 plantas más.
En el área de participación comunitaria hacen capacitaciones y discuten problemas locales como la violencia intrafamiliar, o la recién promulgada ley rural, para saber hasta dónde llega su territorio.
El territorio Sinú comprende 83.000 hectáreas repartidas entre los departamentos de Sucre y Córdoba. Su población es de 48.000 personas. Cada familia tiene entre 10 y 15 hijos, lo que ha hecho de este proyecto no sólo una manera de organizarse, sino una salida a la pobreza y a las dificultades económicas. Esta comunidad está integrada por 412 familias sinúes que dependen del resguardo de San Andrés de Sotavento, Córdoba. En Palmitos hay 19 cabildos.
Hoy, la comunidad trabaja con 20 desmovilizados de las AUC, prepara una cartilla sobre los usos de las plantas y sigue creyendo que organizarse es la mejor salida para oponerse a la guerra y a la pobreza.

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