lunes, 18 de febrero de 2008

Maicao: Ramadán en Maicao


Se oye el llamado a la oración. Desde los parlantes del minarete, las torres de la mezquita, salen cánticos que recitan los versos de El Corán. Pronto serán las 7:30 de la noche, hora en que los musulmanes se reúnen diariamente a orar en época del ramadán. A las 6 de la tarde se ha roto el ayuno que empieza a las 4 de madrugada. La tradición es que después de comer se encuentran con los otros miembros de la comunidad para agradecer a Alá. Se dice que la comunidad musulmana de Maicao está integrada por 1.200 personas, unas 260 familias. Son la mitad de los que vivían 10 años atrás. Muchos abandonaron la ciudad por la crisis del comercio.
Desde cuando Maicao tuvo que abandonar la venta de productos de contrabando y convertirse en una economía legal, la situación económica de la población cambió. Muchos quedaron muy mal y tuvieron que irse. Unos a Barranquilla, otros a Bucaramanga, otros a Medellín. “Antes, en Medellín no había casi libaneses, y ahora hay un montón”, cuenta Riad Mohamed Darwishe. “Muchos piensan que somos todos ricos, pero en muchas ocasiones nos tocó ayudar a familias que no tenían cómo darles de comer a sus hijos en la noche”. Casi todos son colombo-árabes y sus hijos son colombianos. Ya van por la tercera generación.
Riad es el presidente de la asociación benéfica islámica. Algunos de sus miembros nos habían recibido esa tarde en la mezquita para contarnos sobre la situación de Maicao. Al vernos llegar a la mezquita Samir, uno de sus integrantes nos ofreció café. “Rafa, tráeme cuatro”, gritó con su acento árabe. Rafa, un moreno costeño, llegó con dos termos, uno con café con azúcar y otro amargo. El café de Rafa no es normal para nuestro paladar, está preparado al estilo árabe. Es oscuro y tiene aroma de cardamomo.
A las 7:30 de la noche los hombres empiezan a subir las escaleras rumbo al salón principal de la mezquita. Las mujeres somos recibidas en una de las puertas de un costado por Riwa, quien va vestida con una túnica negra y una hiyab (pañoleta) morada cubre su cabeza. Saca de un casillero nuestros velos. Nos enseña cómo ponerlos y nos conduce al segundo piso. Poco antes de entrar al salón nos quitamos los zapatos. En el Islam se acostumbra a que las mujeres recen aisladas de los hombres. En esta mezquita el lugar para las mujeres queda en un balcón que da sobre el salón principal. Algo así como el coro de una iglesia. Sin embargo, no están al borde de la baranda. Tres pasos atrás hacen una fila horizontal, al menos de 30 personas. En la primera línea parecen estar las mujeres mayores. En la de atrás están las más jovencitas. En el Islam las madres transmiten a sus hijas las tradiciones de la religión. Ellas se ubican junto a sus chiquitas y las guían en la oración. Las regañan cuando hablan o ríen.
A las 8:30 el Shaej da por terminada la oración. Las mujeres se quedan un rato conversando.

3 comentarios:

amel halim dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
amel halim dijo...

mashallah

Nita Majdoub dijo...

salam aleykum..hermanos.. alguein podria pedirme porfavor cuando empieza el ramadnan en colombia???